martes, 22 de octubre de 2013

Bob Chow o el arte ataca


















La voluntad de la vanguardia es liberarse del horror; su rechazo sistemático en todos los frentes que el Imperio propone. Su objetivo es pulverizar aquellas construcciones estéticas con las que la burguesía ha fracasado como pensamiento y sensibilidad de época. Como reacción, una y otra vez se anuncia el fin de las Utopías, la caída en desuso de los Grandes Relatos y el fin de las vanguardias. Aquí y allá se aposenta la abulia, el conformismo, esa retórica complacencia llamada posmodernidad. La vida cruje y cede a la técnica, abismos de incertidumbre se abren sin belleza; y aún sin remedio, el arte ataca.
El pasado 28 de julio, en el suplemento cultural de diario Perfil, el crítico Omar Genovese se preguntaba si era posible hablar de vanguardia o se trataba sólo de un gesto insulso y anacrónico. Ante la paradoja del editor que ya no lee y que, “solamente cree en sus sentidos, los valora en exceso, duerme el sueño del paradigma llamado mercado”, opone la figura del editor cómo lector que repara vida y la “química cruel de lo inédito”. Genovese se pregunta por la función de los suplementos culturales y la difusión de nuevas tendencias, maravillado ante la propia posición de “lector deslumbrado” dispuesto a “compartir la felicidad de haber leído algo inusual más que por gesto estético”. Nótese ese subrayado de una lectura fascinada, la felicidad del encuentro con lo que no está en uso y esa remisión a un supuesto lector vital que como editor haría retroceder los males de este mundo. Genovese es un hombre de fe en la palabra escrita y define el momento: “El no lugar de una vanguardia contemporánea está en la polarización y el individualismo, en una soledad que refiere al abandono, a la deriva sin luz ni avidez por el conocimiento en sí, más allá de la ilustración como absoluto, aunque resulte inalcanzable. Luego la pobre glosa, el asomo de lo ágrafo”. A continuación cita tres nombres, que postula en ese lugar lábil de la literatura contemporánea: Jeremías Maggi, (a quién los lectores de Punto Cultural conocemos por su cuento Jimmy Choo, publicado en esta sección el 26/05); Marcelo Miceli (El hombre del doblaje, 1995; y Sexo y letras, erotismo y lujuria en la literatura argentina, 2007) y el no menos inquietante Aivars Holms, (inédito, alias Bob Chow quién publicara junto a Alejandra Zurita y Carlos Busqued el pasquín, Gentileza del Kursk).
Más contundente en su tweet, Genovese (@genowitzky), ha postulado que nos remitimos al concepto “vanguardia”, porque “la guerra infinita es con la lengua”.
Cuando ya nadie espera que su escritura provoque demasiado, y los formatos se imponen sobre la rebelión; cuando el arte ha dejado de confundirse con la vida y esta se reduce a un antipático consumo del tiempo; de ese escenario desolador emerge la figura de Aivars Holms.

Bob Chow se presenta como un exponente de la vieja militancia belicista abriéndose paso hacia nuevas formas de pensamiento, experiencia y expresión. Picando sentido, asumiendo en un mismo movimiento el conocimiento de la realidad como construcción poética de la realidad. Su ironía ante la desesperación y el horror, inaugura una nueva confrontación en la lucha por el sentido de la vida y el derrumbe del orden establecido.
“Sólo mezclo palabras, sólo aprieto pedales, melancólicas lagartijas”, pregona el poeta por las avenidas vacías de Twitter. “Esta máquina fue diseñada para impresionar: no produce absolutamente nada”, sintetiza con admirable precisión, y sigue unas horas más tarde drenando en la abulia del Time Line: “Dios me dio seis dedos para hurgar en la chatarra y en la incertidumbre del hombre mintiéndote y creyéndote todo”. Y aclara en minutos para sus sorprendidos lectores: “Cuando un hombre se mete a escritor, asume la obligación sagrada de producir belleza, ilustración y confort a velocidad máxima”.
La única referencia literaria que ha entregado esta ex-antena de la secta Rahma, de profesión psicólogo y titular de una agencia de traducciones, es la de su admiración profunda por “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad. Este notable escritor, poseedor de una prosa que obra por encantamiento y fractura, ha referido recientemente en una entrevista cedida a Revista Paco su punto de vista burroughniano sobre la cosa escrita: “En relación a la verdad, ninguna palabra está por encima de la otra”. Sí, cosa escrita, felizmente una vez más.

De su inagotable destreza, de la desesperada comedia montada con extraterrestres y animales; de su exquisita capacidad de asombro, de su letra en fuga que atraviesa síntoma y advertencia, presentamos esta breve selección de textos cedidos especialmente para Punto Cultural, por una de las voces ocultas de la literatura argentina.












Cuidado la máquina de tomar distancia ha fallado!
El turista del tiempo estuvo varias horas subiendo y bajando las escaleras mecánicas de la estación de subte Retiro. Tenía aletas de tiburón en vez de pies y esa era la única diferencia con los pasajeros. Pero él subía y bajaba. Obviamente no le interesaba tomar ningún tren. 

En Uganda la gente te llama por celular y corta al primer ring del teléfono para que llames vos. Entonces vos llamás, y parece que están en una fiesta, con drogas y todo eso. Entonces ves por la ventana una manada de tapires albinos que es buena embajadora de la irrepresentabilidad de un acontecer sin intenciones.

Pls Bob leave us alone for some time.


Me ponen palos palos, pinches y loros muertos en la escritura

Mugwump Easy Listening. Confirmado llegò Mugwump a San Marcos Sierras. Estaba tocando Dentadura Postiza "Dentaduras postizas/mordiendo tus blancas rodillas/ella se fue de la fiesta/y ahora es la fiesta misma/en la constelaciòn de Oriòn" etc. dentro de mi autito, solo, y por el rabillo del ojo, por donde ven los locos, no estaba Rolo Puente escuchando sino el mismo Mugwump. No me puse a mirarlo de frente, hay que guardar ciertas formas? ni el Sol ni la muerte ni Mugwump se miran de frente


TE AMO x QUÈ ME PONES QUE TE VAS. Mi Mugwump de larga pollera. Es contrarreloj que lleguè a vos. "No tiene sentido levantarse" (si vos estas en el monto con los montes) asì me ama la mujer màs bella del mundo. Tambièn pedì bajar a saludar al esquivo Galaxio (G. fue quien en el 80 señalo el cielo sin mirar y vimos cruzar una flecha de luces demasiado ràpidas demasiado silenciosas en medio de una bizarra salida de RAMA). Esas luces las vieron F Lynch (Salsured), Galaxio (Marcial G. Camperi) Arnaldo Maciel (Perico de El Rafa) y yo Mixarim la pìldora vencida. UDS ESTÀN EN PROBLEMAS


La plaza de San Marcos està sobre un cementerio indio, Relis Zebergs se tira del tobogàn de acero, de hojalata es el Cacique Tuliàn, nadie es dueño de nada en las tinieblas me advirtiò Ian H de esta irregularidad. Estaba pensando entregar una novela con pinches palitos e insectosrraros que veo acà (todo pegado para relleno junto al texto) PUBLÍQUESE EN CUARTA.
Pedì bajar del auto y corriendo fui a decirle a Galaxio GALAXIOOO... y no era Galaxio sino un paisano.... Wow... Luego A. me dejò a pata y tuve que ir mitad a dedo mitad corriendo como un duende o como una iguana haciendo saltos asimétricos hasta el Rincón donde se reunian los comeghingones-sanavirones mis parientes rama materna a darse vuelta al SOL

Luego tomè unos vasos de vino y volvimos al sopor de la normalidad.

ESCRIBO A MANO TODO EL SPAM DEL INTERNET

Mantén tu peso, ampútate.Escribo a mano todo el spam del internet desde una caja cuando todos duermen. Your dick will explode. 2 days of great sex for under $5. Pierde hasta 10 kg en unos instantes. 

Amasia es el supercontinente merger entre América y Asia (dentro de 200 mio de años). No es una merger sencilla. Sol emite 2700 más energìa que ahora. Todas las lunas se estrellan con sus planetas. Milky Way y Andrómeda colisionan dando a luz a Milkomeda. Estoy con la mujer de Rommel llenando la cama de arena. 

Mi ex vivió en una gruta. Cuando mi ex me dejó en San Marcos Sierras, se fue a vivir a una gruta arriba en la montaña. Años después quise conocer esa gruta. Efectivamente, no había buenos motivos para bajar. 
Desliza en la larga pollera. El mundo que nos es un poco tolerable es falso, es decir, no es ningún hecho, sino una invención poética y el redondeo a partir de una pequeña suma de observaciones; una falsedad perpetuamente removida que nunca se acerca a la verdad. Ustedes recordarán el caso de un tal Torres quien, con técnica de depostador de ovejas, descuartiza a su prima hermana y la entierra debajo de una calesita. Torres huye, no tenía sentido quedarse a esperar a los policías con sus feos uniformes. Cruza a nado el Río de la Plata sólo llevando un pan lactal como flotador y continua a dedo hasta Punta del Este donde las modelos de lencería se dejan caer en la arena como fallados trilobites.
Desde la espuma, desde la espuma, desde la espuma, el bañero saca una tortuga del agua que resulta ser un robot.
Se acercan murmuradores a granel.
—Es transhumana, hiperdimensional y extremadamente alien —dice una modelo escandinava, sin duda sabía de lo que hablaba.
La tortuga robot seguía siendo el centro de atención pero…
—¿Cómo te llamas? —preguntó Torres, el sátiro prófugo, a la valquiria nórdica desamparada.
—Solveig Kjelstrup Ratkje.
—¿Nos encontramos en la «La Vaca Pelirroja» a las 7? Ponte unos trapos atrevidos.
Ella dijo sí, sí claro. Bikini a tiritas encuadrada por dos calaveras.

Azafata de la Luftwaffe
estamos yendo en picado
al lugar inescrutable
demonio de melodía

Solveig Kjelstrup Ratkje apareció en la cita vistiendo una larga pollera. Torres pensó, no tengo dinero para pagar una cerveza. Ella vino con un perro más alto que las mesas y de Torres, expectativas negativas: ¡el monstruo no apareció en la escena!
El depravado había quedado a cargo de la tortuga robot en la playa.
Esos robots quelonios recorrían el fondo del río buscando cosas de valor, tesoros, piezas antiguas de barcos hundidos sin que ninguna agencia los reclame.
—Ahora me toca enterrarte —dijo Torres acarreando la tortuga metálica—. En un cementerio indio o mejor aún, un carrusel uruguayo.

Sola en la mesa, Solveig Kjelstrup Ratkje bebió con expresión satisfecha su jarra de cerveza. Desliza en la larga pollera la baba de su perro asesino. Torres depostador de ovejas enterró la tortuga robótica bajo una calesita abandonada, sin antes darle en la nuca un golpe homicida. Sé tu propia oscuridad suave y descansada.
¡Encontré lo quería
pero lo volví a esconder!

[Loco Torres es escritor… Sector Psiquiátrico del Penal de Ezeiza. Dice que está lejos y esto hay que tomarlo al pie de la letra... Lejos... Separado del lector por láminas de fría roca transparente... Sus dedos distantes tipean código sobre el vidrio... Asumí la tarea de decodificar su mensaje plegando algunos de mis textos (que son compuestos de muchos escritores... Toda escritura lo es). Superponiéndolos sobre el texto de Torres y leyendo todo junto, el mensaje resultante, reacomodado y editado, pueda quizás reducirse a tres palabras... NO SE ACERQUEN].